Entonces dijo Jesús a sus discípulos: si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
San Mateo 16:24
Al principio de mi caminar en Jesús, fue algo hermoso, me sentía
amado, era un derroche de sentimientos
nunca antes experimentados, todo marchaba bien, similar a una pareja de recién
casados.
Al pasar el tiempo me di cuenta que mi nueva vida no era bien
vista por mis seres queridos, me veían como un fanático loco, mis “amigos” se
alejaron de mi o yo de ellos, aun no lo sé,
quizás ambas.
El sentimiento es de rechazo y en ocasiones puedes sentirte que
estas en mal camino, ya que puedes tener
discusiones diarias por este tema. Quizás
no sea tu caso si es así, Dios te siga bendiciendo, eres afortunado/a
Una noche de viernes, orando antes de dormir, con gran
atrevimiento le pido a Jesús escuchar su voz en mis sueños, ore con gran devoción
esa noche. Luego, en mis sueños escucho
una voz que me decía: ¡Niégate a ti
mismo! ¡Niégate a ti mismo! La voz era resonante, estaba entre consciente y
dormido, pero era tan clara la voz, que no tenía dudas que era un mensaje
exclusivo para mi, que era alguien más que hablaba y no era una creación de mi subconsciente;
en mi corazón sentí que era Jesús; al parecer esa noche se cumplió al detalle
mi oración.
Pero no me quede en solo escuchar su voz, fue maravilloso
pero necesitaba saber que quería Jesús de mí, sabía que era un texto de un evangelio y tenía
gran interés de saber más sobre la cita bíblica. Consigo el texto completo Mateo
16:24; Jesús quería de mi más que las ganas de seguirlo, él quería que
dejara mis cargas, mi pasado, mis problemas, pero sobre todo me hacía la gran advertencia
toma tu “CRUZ” y sígueme.
No entendía nada sobre mi cruz ¿qué quería decir Jesús con esto? Luego el Espíritu Santo pone en mi corazón la
respuesta, comprendí que el camino del Señor lleva consigo persecución,
problemas familiares, económicos, sociales etc. Supe que en mí y en todos los
que quieren seguir a Jesús se cumple su Palabra escrita en Juan 15, 18-19
“Si el mundo os
odia, sabed que a mí me ha odiado antes que a vosotros, si fueras del mundo, el
mundo amaría lo suyo; pero, como no son del mundo, porque yo al elegirlos lo he sacado del mundo”
No paso mucho tiempo cuando tuve que cargar mi primera gran cruz, pero ya tenía el conocimiento y
la fortaleza que da la Palabra de Dios, es duro pero justamente esa cruz es la que nos da el boleto al
cielo. Los meritos para entrar al reino de Dios está entre dar amor al prójimo y
pasar las tribulaciones con paciencia y amor, sin renegar ya que Dios nos hace fuerte
mientras más humilde somos.
2 Corintios 12:10
Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las
necesidades, en las persecuciones, y las
angustias sufridas por Cristo; pues cuando soy débil, entonces es cuando soy
fuerte.
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