¿Por qué me amas tanto?


 




Perdí la cuenta de las veces que te he pedido perdón, te soy franco, la primera vez estaba convencido que no lo volvería hacer, pero me choque con mi realidad; soy tan débil que no logré soportar ante el ataque que ya se veía venir. Pensé que con mis propias fuerzas podía vencer y no me alcanzo ni para el primer asalto.

Te confieso que consideré quedarme en el suelo, pero algo en mi me hacia levantarme; y eras tu, sabiendo lo que valgo me dabas el empujón para seguir. Pero como buen Padre me dejabas de sostener, como al niño que enseñan a manejar bicicleta, es necesario que lo vigilen pero más aún dejarlo de sostener, 2 o 3 golpes son requisitos para aprender.

Pero, ¿en que momento deje de aprender?, choco con la misma piedra, ¿por qué soy tan acechado?, hay algo que me llena de alegría pero a la vez de tristeza, se que soy perseguido por lo que valgo, por lo que tu quieres hacer en mi, pero hasta el momento no estoy siendo digno de tu llamado.

La paga del pecado es la muerte, pero ¿Por qué aún soy respaldado? ¿Por qué me amas tanto? ¿Qué quieres de mi que aún no se?, ¿Por qué aún estoy de pie?, solo tu lo sabes, tu amor no cabe en el universo.

En mi se cumple lo dicho por el apóstol Pablo en Romanos 7, 19-20, "no hago el bien que quiero, sino  que obro el mal que no quiero", en mi hay algo que me jala hacia abajo, que de momento no lo he vencido. Pero profundizando en tu sabiduría, recuerdo lo que le dijiste al apóstol Pablo, "te basta mi gracia; mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad"; no soy yo quien logrará vencer, ya tu venciste y debo estar siempre en tu gracia.

Por alguna razón me perdonas, se supone que debo pagar consecuencias y al día siguiente lo único que siento es tu amor, mi corazón se hincha de pasión por ti, me multiplicas las ganas de servirte, es como si entre más al fondo estoy, más me amas. ¿Quién puede entenderte? 

Luego recuerdo lo escrito en el libro del profeta Daniel " No temas, Daniel, porque desde el primer día en que te esforzaste por comprender y te humillaste ante tu Dios, tus palabras fueron escuchadas y precisamente por ellas he venido yo". Daniel 10:12. Apenas leí esto, supe que el respaldo viene por perseverar en su amor, pero a la vez me da el compromiso de no ofenderlo más, cuan grande es su amor.

Una vez más te compadecerás de nosotros, pisotearás nuestras faltas. Tira, pues, al fondo del mar todos nuestros pecados. Miqueas 3:19

El Señor y su mar de misericordia, me ve como el día en que llegue a este mundo, su mirada no esta en mi pecado sino en el deposito que puso en mi. Mi Padre conoce mi valor y por eso echa a un lado mi culpa, a mis acusadores los ignora, él solo es capaz de percibir mi corazón arrepentido, mi corazón que una vez más tiene las ganas de hacerlo bien, de verdad que a veces no te entiendo Señor, ¿Cómo es que me amas tanto?. No logro ver mis méritos, ¿como es tu juicio Señor? acaso no vez lo tanto que te he defraudado. Solo espero esta vez ser digno de tu misericordia. 

 

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